ASUNTOS ACADÉMICOS
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Fallecimiento del Profesor Guillermo Ouviña

Guillermo J. Ouviña fue un maestro, fiscal, abogado y camarista ejemplar. Titular de la Cátedra de Derecho Penal (única por años) nos deslumbró con sus clases magistrales que nos sembraban de conocimientos y preguntas. Junto a los doctores Ghione y Acevedo conformaron lo que llamamos “la” cátedra. Dirigió también el Instituto de Derecho Penal. Nos desconcertaba con sus ejercicios y lecturas.  Nos organizó como ayudantes alumnos y de ese modo nuestra facultad reinaba en nuestros encuentros, donde quiera que estuviésemos. Inspiró buena parte de los contenidos de la Especialización en Derecho Penal y Criminología en los años 70, y diseñó la actual. Con él paseábamos por libros de lógica, destinados a desconfiar de la seducción de las falacias, de filosofía de las ciencias, de antropología cultural, de sociología, sin olvidar la Rama Dorada de Frazer,  el pensamiento mágico, y las tragedias griegas. Sólo con esas mochilas nos las vimos con el Derecho Penal. En el seno de una problemática penal que requería de voces plurales. Incluyó tempranamente a la víctima y las personas punibles en el programa de la asignatura. De su mano pesquisamos el juicio de Nuremberg y el Holocausto. Fuimos, jóvenes alumnos, convidados a la mesa del pensamiento crítico sin olvido de la sensibilidad y las emociones. Condenó la pena de muerte, y en blanco y negro compartimos el film El Chacal de Nahuel Toro. El penalista primero siente, luego piensa solía decir. Sentir, pensar, existir fueron sus lecciones. Nutridas, por cierto de teoría y estaño. Defendió inclaudicable la Reforma Universitaria en épocas de dictaduras blandas o terroristas dictaduras. Negó la constitucionalidad de las leyes penales en gobiernos de facto lo que le costó su puesto de Fiscal. Habló de derechos y de estado de derecho cuando no reinaban en este país. No calló, no otorgó. Enseñó con su ejemplo. Nos habló de su maestro Bielsa con fervor y admiración. Hoy Guillermo Ouviña no nos acompaña. Ha partido y nos habita.